A través de talleres de cocina regional, intentan motivar a los jóvenes el interés por la cultura ancestral y la historia de la región. Poniendo en valor el patrimonio inmaterial dentro del Museo Andrés Guacurarí, en la ciudad de Posadas, Misiones

El programa “El Museo y la Cocina, Patrimonio Cotidiano” que busca distinguir todos los saberes y prácticas en torno a la tradición y la historia revalorizando la comida regional funciona en el Museo Histórico y Arqueológico Andrés Guacurarí. En la cocina y en el horno del patio los vecinos, alumnos y visitantes de la ciudad pueden aprender a elaborar platos típicos de la región, como chipas y sus variedades, entre otros alimentos conocidos de la zona.

La comida es alimento necesario y a la vez, nutriente de identidad. Por ello, la cocina es patrimonio intangible y su historia relata con claridad el devenir de un pueblo. El ritual de elaborar un plato con los ingredientes de una región, con recetas legadas por los mayores forma parte del acervo cultural que es la gastronomía.

La directora, Julia Perié, afirmó que el proyecto “moviliza a la comunidad por el rescate que significa no perder nuestra cultura y nuestra identidad”. Elba González, conservadora del Museo y una de las ideólogas de la iniciativa, contó que: “este proyecto comenzó hace ya más de 15 años y tiene que ver con el patrimonio inmaterial o intangible, donde se buscó a personas que conozcan de comida regional; así encontré a Ana María Fiaccadori, quién a la postre se transformó en la asesora de arte culinario de este programa”, añadió.

La investigadora Ana María se interiorizó en la comida de toda esta región y fue quien rescató del olvido la tradición del Kara-í Octubre y su preparación, el cual es el yopará. También se sumaron el mbeyú, la chipa, el caburé, el reviro y la sopa paraguaya, entre otros.

Así arrancó este programa donde alumnos, visitantes y turistas, se acercan al museo y participan en el aprendizaje, la elaboración y la degustación de distintas comidas regionales.

En cada visita los protagonistas son los jóvenes quienes observan y aprenden todo el proceso que realizaban los guaraníes para lograr el almidón de mandioca. Los alumnos siguen atentos las explicaciones y enseñanzas de Elba y la cocinera Guillermina, quienes llevan a cabo una demostración de cómo se pela la mandioca con una piedra, luego se pasa por un marmelí (instrumento rudimentario para rayar), se cuela con lienzos y agua, para después secar y decantar.

Más tarde, ese almidón pasa a la cocina y la preparación continua utilizando vasijas, entre otros elementos ancestrales con los cuales los guaraníes cocinaban un rico mbeyú, receta que llegó hasta nuestro s días, como muchas otras.

Por El Orejiverde
Fecha: 28/01/2019