El parto vertical es una experiencia intercultural exitosa que reúne en esta región de Perú a las tradiciones ancestrales y la medicina de ciudad

El programa de parto vertical aplicado inicialmente en una región del Perù ha ganado el primer lugar en el concurso Internacional realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En un poblado llamado Churcampa situado en la zona andina de Perú, la medicina y las tradiciones pudieron aunarse con resultados altamente positivos. Antes las mujeres de la zona parían a sus hijos en la casa pero ahora van a los centros de salud con confianza. Al llegar el lugar está equipado como si fuera un verdadero hogar. En la cocina la partera prepara alimentos para la futura madre e infusiones que se han usado por años para que la mujer se sienta más fortalecida en el momento de dar a luz. En la sala de parto se encuentran la parturienta, su familia, la partera y el médico. La silla ginecológica tiene un papel poco relevante. Hay un banco de madera y una cuerda que parte del techo. Sin necesidad de retirar su vestido las mujeres se toman de la cuerda y se balancean. Se les suministra infusiones, generalmente servidas por la futura abuela. El padre se mantiene firmemente unido a su mujer por la espalda hasta minutos después de nacido el bebè. El médico y la partera orientan a las futuras madres en su idioma original -quechua-

El parto vertical es un hecho en el cual confluyen saberes tradicionales sin dejar de lado la intervención de la medicina convencional, con médicos que se encuentran en el lugar cumpliendo roles efectivos. Esta adecuación intercultural ha sido muy beneficiosa. Hace ya una década que no se puede hablar de muertes materno-infantiles en el lugar. Antes de llegar a esta modalidad de parto y la necesaria fusión de culturas, tres de cada diez mujeres morían en esta zona del altiplano andino a causa de complicaciones derivadas del parto. La cifra era similar a la de regiones como el norte de África y Asia, donde la OMS ha confirmado la muerte de 800 embarazadas por día. El parto vertical funciona en 15 centros de salud en Churcampa.El doctor Marco Antonio Bautista, cuenta que a mediados de 2004 la asistencia a estos centros era muy escasa (5,8%) pero actualmente concurren un 70,3% de mujeres. Una de las parteras que trabajan en el lugar hace más de cuarenta años, explica que la naturalidad del parto vertical recupera una práctica milenaria, “ya que en es el lugar siempre se había parido asi”.Es la embarazada quien tiene el protagonismo en el parto y no aceptan el parto horizontal impuesto por la medicina por años.

El poblado se encuentra a 3.000 metros de altura al este de Perú, la población es indígena, campesina, las casas son de barro, las calles empinadas, y se han convertido en un modelo de parto intercultural no solamente para la región sino para varios países en el mundo. Instituciones internacionales consideran a Churcampa como un modelo mundial y el programa de parto vertical ha ganado el primer lugar en el concurso Internacional realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se presentaron 121 experiencias de 22 países de las Américas en el Concurso Regional de Buenas Prácticas de la Iniciativa Maternidad Segura de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS. Al ver los resultados, el gobierno ha extendido la experiencia a otras zonas del país dónde aun la mortalidad materna es elevada. Por medio de un decreto se ordenó dejar parir a las embarazadas de la forma que lo consideraran mejor.

Al arribar a Churcampa a hacer sus prácticas como obstetra en 1996, Rosa Paredes recuerda la cantidad de mujeres que morían por partos complicados. Cuenta que la mayoría de las mujeres embarazadas rechazaban asistir a centros de salud , tenían a sus hijos en la casa y morían sin derecho a atención médica si se presentaban complicaciones. Era el lugar con más muertes maternas en el país.

La doctora se abocó a un estudio social con el fin de conocer la razón por la cual se negaban a asistirse en los centros de salud. Conformó un equipo con médicos y enfermeras hasta que logró saber que el problema era el miedo ya que no respetaban sus costumbres y todo les resultaba ajeno.

La obstetra manifiesta que las mujeres andinas se sentían violentadas, las obligaban a sacarse su ropa, separarse de la familia, usar silla ginecológica y la matrona –fundamental para la región- no participaba, aparte las mujeres no podían ser protagonistas activas de sus partos.

Rosa Paredes y un equipo empezaron a buscar el modo de revertir esta situación. Organizaciones locales y españolas como la Fundaciòn Iberoamericana para el Desarrollo, la Agencia Española de Cooperación Internacional y Medicus Mundi dieron todo su apoyo. El coordinador de Medicus Mundi Perù, Fernando Carbone, explica que se trabajó desde el comienzo con socios locales peruanos que facilitaron el diálogo participativo entre la población. Todas las personas de la región compartieron creencias y saberes ancestrales los que se unieron a los académicos partir de esa experiencia y recabando información. Se crearon salas de parto adecuadas a la interculturalidad en Churcampa, con sillas de maderas, alfombras de piel de oveja, mantas tejidas por las conocidas matronas y la cuerda que pende del techo que era sostenida tradicionalmente por las mujeres en el parto.

Según Medicus Mundi el parto horizontal prácticamente no existe. Los médicos trabajan con matronas en el seguimiento de las embarazadas desde el inicio. Las diferentes comunidades trabajan en cuanto a la sensibilización , cuidados de embarazo y parto, a través de charlas, obras de teatro y visitas personalizadas en cada casa. Profesionales pertenecientes a países como Italia, España, Estados Unidos, Bolivia y Ecuador viajan a Churcampa para conocer la experiencia de cerca.

Una estudiante de enfermería de la Universidad Pública de Navarra, Nerea Iriarte, vivió tres meses entre Churcampa y Lima. Cuenta que la experiencia la marcó a nivel profesional y personal. Nerea Iriarte considera la idea brillante ya que se amolda a lo natural y crea un clima perfecto para la embarazada, la comunidad se involucra y existe un enriquecimiento visible en la fusión del conocimiento. Un médico de Medicus Mundi, Ignacio Spanches, acota que el proyecto supone un modelo de salud pública materno perinatal que asegura una atención mucho más cálida para la mujer , más adecuada a sus tradiciones y expectativas, mejorando también la atención prenatal del niño por venir. Desde 2008 otras redes de salud del país han adoptado esta modalidad que tiene bases en la exitosa experiencia de Churcampa.

Rosa Paredes en la embajadora de un modelo que crece a nivel nacional e internacional. Aunque ya no vive en la región trabaja en pos de la unificación de costumbres para que coexistan tradiciones ancestrales y cuidados médicos. Los resultados hablan por sí solos.

Fuente: http://www.carasycaretas.com.uy
Fecha: 1/12/2015