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El ingreso al cerro sagrado de los huarpes en el valle de Uspallata está vedado desde hace tiempo, incluso a los propios originarios ¿cual es la situación actual ? ¿ Es posible que las comunidades indígenas vuelvan a cuidarlo y administrarlo ?

Una larga historia de deterioros y preservaciones

El Cerro Tunduqueral se encuentra a unos siete km de la ciudad de Uspallata, provincia de Mendoza, en una zona ubicada a dos mil metros de altura. Alberga en su interior a bellisimos petroglifos hechos hace unos quinientos a mil años por los Antiguos, lo que seguramente corrobora su carácter de ámbito sagrado para la realización de ceremonias. Algunas fuentes hablan incluso de la celebración de rituales femeninos nocturnos en noches de Luna llena.

Hace unos años la comunidad huarpe de Guaytamari administró el Cerro para la actividad turistica, pero una serie de problemas la hicieron desistir de esa tarea. Actualmente el sitio está bajo la responsabilidad de la Municipalidad de Las Heras.

Durante la temporada alta de turismo, entre 300 y 350 personas llegaban por día al Cerro para apreciar los legados de los ancestros, lo que muchas veces ponia en riesgo al sitio y sus grabados, al acercarse -muchos de esos visitantes- en demasía, provocando la falta de respeto y valoración del lugar sagrado cuando no la realización de graves hechos de vandalismo.

También el lugar corrió el riesgo de desmoronamientos por la gran afluencia de visitantes y la consecuente erosión generada. Fue asi que desde hace unos dos años la comuna de Las Heras (en cuya jurisdicción se encuentra el Cerro) y especialistas de la Universidad Nacional de Cuyo decidieron restringir el acceso al lugar mientras se estudiaban medidas de remediación.

Los petroglifos fueron descubiertos a finales de la década del '50 por el arqueólogo Juan Schobinger, quien no solo comenzó a estudiarlos sino que se convirtió en su gran defensor, logrando con su visibilización neutralizar en los años setenta el riesgo de su destrucción a manos de empresas que trabajaban en el lugar. A partir de esa situación el Cerro fue mucho más conocido, empezando la afluencia de turistas, investigadores o simples curiosos.

También fue por ese entonces que los pueblos originarios pusieron en valor al lugar, transmitiendo su sentido espiritual , su sacralidad y en consecuencia sus características de ámbito al que se le debe respeto y veneración.

La voz de los originarios

La comunidad huarpe de Guaytamari es la que lleva adelante una lucha de décadas por la defensa del sitio sagrado. Su líder es Claudia Herrera y en su carácter también de corresponsal de ElOrejiverde, la consultamos acerca de la actual situación del cerro: “ De acuerdo a nuestro entendimiento” –nos dice- “es un sitio que tiene carácter sagrado, con diseños originarios de nuestros pueblos indígenas, por consiguiente se debe tratar desde estos conceptos y ante cualquier decisión que se tome, de parte del municipio, universidades, y gobiernos provincial y nacional como investigaciones, acciones de preservación, carteleria, plan de acción, etc. se debe cumplimentar el Convenio 169-Consulta , Libre Previa e Informada- consulta que se debe realizar a nuestra comunidad que es la que está en el territorio y que esta reconocida institucionalmente”

Claudia lamentó la presencia de grupos de personas que no han tratado al lugar con la seriedad del caso: “el cerro es irrumpido por distintos grupos espirituales afectando las prácticas espirituales propias de los pueblos indígenas; en el mismo desarrollábamos rogativas, ceremonias, compartiendo con otros pueblos originarios de la región y del continente”.
“En su momento” –prosigue- “presentamos ante la Dirección de Patrimonio cuando se trató la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad de la Senda Andina Qhapaq Ñan , que debía regir un protocolo particular, de co-manejo y régimen de visitas entre otras cosas, también para los sitios de influencia y el Cerro es uno de ellos”.

También denunció que “entre fines del año pasado y principios de este el Cerro sufrió otro atentado vandálico, varios de sus petroglifos fueron manchados con pinturas!”

La posición de las ONGs

Germán Lisandrini es un referente del Foro para la Autonomía de Uspallata y Alta Montaña y también Presidente de la Asociación de Comerciantes y Turismo de Uspallata. Nos explica que “la idea desde el Foro es que se desarrolle el poder local. Queremos que en cada tema específico en que haya una ONG trabajando, que esa ONG sea parte fundamental del tema en cuestión”.

Con respecto al cerro Tunduqueral y al Camino del Inca, “la idea que surge desde la comunidad es que sean administrados localmente por las comunidades huarpes locales –entre las que se destaca la de Guaytamari por su larga lucha de defensa del sitio- en conjunto con el municipio y las áreas de patrimonio y turismo” señala.

Advierte Germán que “el otro problema que tiene el cerro es la falta de inversión en cierre perimetral, centro de recepción, espacio para el guía de sitio y también hay problemas con el Ejército ya que esas tierras aparentemente son propiedad del Estado nacional en custodia del Ejército”.

Lisandrini insiste en la idea del “poder local”, para lo cual reafirma que lo fundamental es que se logre la autonomía municipal de Uspallata, teniendo en cuenta que hoy la cabecera del municipio se encuentra a 120 km de distancia. Para todo Uspallata y para los pueblos indígenas involucrados el lograr esa autonomía sería un paso fundamental para posibilitar entre otras cosas que el Cerro pueda ser administrado, cuidado y respetado por los locales.
¿ Que hace falta para lograrlo ? Germán no duda: “Voluntad política. Estamos haciendo gestiones con la vicegobernadora, con legisladores, pero sabemos que si el Gobernador envía un proyecto de ley, la ley se aprueba. Incluso hay un consenso para que Uspallata sea municipio”

En busca del equilibrio perdido

Seguramente hay intereses, especulaciones políticas, recelos de otros distritos que también piden la autonomía, pero los locales de Uspallata tienen un planteo que al parecer tiene mucho de sentido común. Lo cierto es que esa posibilidad abriría la puertas a que las comunidades indigenas pudiera volver a administrar - o a coadministrar como en la figura del co-manejo- el Cerro sagrado, contando con los necesarios recursos humanos, administrativos y económicos que un emprendimiento de esta naturaleza requiere.

Seguramente un reacomodamiento lógico de la administración del lugar permitirá que los pueblos indígenas le puedan dar el sentido sagrado que el tiene y con ello que el Cerro y su area de influencia recupere el equilibrio espiritual perdido, incluyendo la posibilidad de reforestar con vegetación nativa, permitiendo que la Madre Tierra se regenere y que la biodiversidad vuelva con toda su fuerza y vitalidad. Y para que también vuelvan los tunduques, los pequeños roedores de la zona que dieron nombre al Cerro y que ante tantos conflictos y agresiones se fueron alejando. En ese volver al equilibrio los tunduques podrán regresar para reverenciar, también ellos, a los espíritus de los Antiguos que siguen y seguirán allí, en el Cerro, por siempre.

Glosario
Qhapaq Ñan: “Camino Principal” . Red de caminos del Tawantisuyo (Los Cuatro Lados o Cuatro Esquinas del Mundo) o Estado incaico, con más de 30.000 kilómetros de extensión que conectaba importantes centros de producción, administración y de ceremonias. Llamado también “el Camino del Inka” en algunos sectores expresaba el poder de la “diagonal sagrada” una línea imaginaria que unia a importantes centros espirituales del Tawantinsuyo.

Por ElOrejiverde
Fecha: 7/10/2016

Nota relacionada:
Turismo indígena como diálogo intercultural, 31 de julio 2015

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