¿Sudamérica europea?
En una entrevista mantenida durante el Foro Económico Mundial en Davos, el Presidente de la Argentina hizo una afirmación incomprensible
“En Sudamérica todos somos descendientes de europeos”…La frase resonó muy fuertemente en nuestro país y muy especialmente en todas aquellas personas que se sintieron afectados por ella. Es que el hecho resulta preocupante más aún por la jerarquía de quien lo protagonizó. En este sentido cabe señalar que no es la primera vez que un alto funcionario hace interpretaciones históricas que destratan a importantes sectores de la sociedad argentina.
Un antecedente inquietante
En septiembre de 2016, el entonces Ministro de Educación y actual senador, Esteban Bullrich en ocasión de la inauguración del Hospital Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional de Rio Negro en Choele Choel, que estaba acompañando por el rector de esa Casa de Altos Estudios, Juan Carlos Del Bello, el gobernador Alberto Weretilneck y la ministra Mónica Silva pronunció un discurso durante el cual describió a esa apertura como “la nueva campaña del desierto, pero no con la espada, sino con la educación”, frase que generó mucho malestar entre los presentes y el rechazo, en los días subsiguientes, de distintos sectores.
Dijimos desde estas páginas entonces que “resulta inadmisible que a esta altura de los acontecimientos y más aún desde los más altos cargos del Poder Ejecutivo –y en este caso nada más y nada menos que desde el Ministerio de Educación- se sigan pronunciando frases como estas, que lo único que hacen es reavivar las heridas de los pueblos originarios y de nuestra memoria colectiva como sociedad”.
Pues bién, es ahora el propio Primer Mandatario quien dijo lo que dijo. Cuando nos llegó la información nos preocupamos en chequearla, constatando que la frase había sido dicha en el contexto de una entrevista mantenida en inglés. Acudimos entonces a una traductora la que nos confirmó que detrás de la voz de la intérprete se escuchaban con claridad las palabras del Presidente: “In South America we are all descendent from Europeans”.
Sudamérica, territorio de una extraordinaria diversidad
No vamos a detenernos mucho en explicar que es Sudamérica desde el punto de vista de su historia y su diversidad cultural. Solo algunas pocas pinceladas para refrescar ciertas realidades sobre esta querida parte del continente.
Por supuesto que el punto de partida son los pueblos indígenas, habitantes originarios de estas tierras desde hace al menos 15000 años y que a la llegada de los conquistadores -hace poco más de cinco siglos- vivían en ellas estimativamente unos cincuenta millones de personas. Hoy tres países de la región –Perú, Ecuador y Bolivia, este último dicho sea de paso con un Presidente indígena en el poder desde 2006- tienen el privilegio de formar parte del grupo de cinco naciones del continente –junto a México y Guatemala- con mayor porcentaje de población indígena.
Pero no basta con consignar sólo a los pueblos originarios para tener en cuenta que los europeos fueron y son una parte más - importante por cierto- del conjunto poblacional de lo que hoy es Sudamérica. Entre 1526 y 1810 se estima que entre diez y quince millones de africanos llegaron a América en el proceso de esclavitud más abominable que se conozca, conformando sus descendientes una porción fundamental de la población actual.
De tal forma que mucho antes de la constitución de los Estados nacionales ya vivían en la región dos grandes matrices poblacionales: la indígena, originaria de la propia tierra americana y la afro. La europea apenas empezaba a vislumbrarse.
Pero más aún, junto a las corrientes inmigratorias europeas que durante los Siglos XIX y XX llegaron a estas tierras en muy nutridos contingentes, también lo hicieron personas no europeas de los más diversos orígenes que enriquecieron el panorama étnico cultural.En nuestros días, existe en la región una población indígena en sostenido ascenso fruto de un crecimiento demográfico propio a los que se suman los novedosos procesos de reetnización o emergencia étnica; y más allá de que no se cuenta en varios países con datos actualizados, podemos decir que esa población llega a unos veinticinco cinco millones de personas. En cuanto a los afroamericanos esa cifra es de unos cien millones. En porcentajes significa que estos grupos étnicos constituyen no menos de un 7 y un 24 % de la población total de Sudamérica respectivamente.
Cabe mencionar que existe también un importante porcentaje de población mestiza que atraviesa actualmente procesos de autoidentificación étnica, lo que está incidiendo en las cifras y porcentajes antes mencionados, que sin dudas los harán variar de manera muy significativa. A esto debemos agregar las más recientes corrientes inmigratorias que en su gran mayoría son no europeas, en un panorama al que se suma desde hace varias décadas el intenso flujo de hermanos de origen indígena -o no- entre los distintos países.
Algunos interrogantes
Como siempre sucede, las preguntas que quedan flotando después de situaciones como “la frase de Davos” o bien de las reflexiones que pueden surgir a partir de ellas, son tal vez más importantes que las respuestas, y en ese caso en particular atendiendo a que nos gustaría saber por qué el Presidente dijo lo que dijo. ¿fue un lapsus? ¿una sobreactuación para quedar bien con el lugar y el público al que se dirigía? ¿es realmente su pensamiento? Si se trata de esto último las que siguen son preguntas todavía más inquietantes : ¿este es el resultado de los contenidos que se transmiten en las instituciones en donde se educa cierto sector de la sociedad argentina? ¿o es también responsabilidad de todo un sistema educativo que ha moldeado de tal manera nuestra forma de pensar? ¿existe la intención de reinstalar una visión excluyente de nuestra historia la que por otra parte ya ha sido sobradamente cuestionada y desacreditada? ¿esta forma de pensar es parte de una idea generalizada en buena parte de la sociedad argentina fruto de una consciencia racista todavía muy vigente?
Más allá de las preguntas que podríamos seguir agregando a esta nómina muy preliminar , nos parece que a esta altura de los acontecimientos y más allá de las educaciones recibidas y aún de las ideologías que cualquier alto funcionario tenga, ciertas cosas ya no se pueden decir, porque los eventuales vacios de conocimiento producto de aquellas educaciones y/o ideologías no son pretexto para que se desconozca o se niegue como en este caso, la realidad cultural e histórica de un país o de un continente.
Por lo pronto y mientras todo esto sucede, podemos ir contestando la pregunta que da título a esta nota y sobre la cual si tenemos una respuesta segura: “¿Sudamérica europea?” ¡Claro que no! Es más, los sudamericanos hace ya largo tiempo que celebramos la riqueza de nuestra extraordinaria, auspiciosa y esperanzadora diversidad cultural.
Por ElOrejiverde
Fecha: 29/1/2018
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- Escrito por El Orejiverde
- Categoría: El don de la palabra