Los territorios de los pueblos indígenas en Colombia continúan siendo amenazados por la penetración de industrias extractivas, como el caso del pueblo Arhuaco, que resiste a la expansión de la minería sobre su territorio tradicional

En lo alto de las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, se encuentran varios asentamientos del pueblo Arhuaco. Habiendo tenido que huir ya una vez en su historia, cuando llegaron los conquistadores españoles, eligieron vivir en este lugar remoto con la esperanza de poder vivir sin ser molestados y de acuerdo con sus creencias culturales. Sin embargo, fuerzas externas una vez más amenazan con destruir sus formas de vida, ya que las montañas son ricas en minerales y el ecosistema es frágil al cambio climático.

"No entendemos cómo las personas no pueden ver el daño que le están haciendo a la naturaleza, y no nos afectará sólo a nosotros. La falta de vida también les afectará a ellos, a los pueblos no indígenas ", explica el líder del Consejo Tayrona, José María Arroyo.

Los derechos territoriales son esenciales para la supervivencia de los Arhuaco. Junto con otros tres pueblos indígenas (Kogui, Wiwa y Kankwamo), el territorio de Arhuaco cubre toda la Sierra Nevada de Santa Marta. Hoy en día, parte de esta área es una reserva de la biosfera de la UNESCO. El territorio cubre tres zonas climáticas diferentes y además, los 32 ríos de montaña contribuyen de manera vital a la economía del país.

Cuando llegaron los conquistadores españoles, la mayoría de los pueblos indígenas huyeron de las tierras bajas y optaron por buscar refugio en las montañas, donde continuaron su estilo de vida y sus tradiciones. El pueblo Arhuaco está guiado por sus líderes espirituales, los “Mamos”. Consideran a la Sierra Nevada como el corazón del mundo, rodeada por una "línea negra" invisible que abarca los sitios sagrados de sus antepasados y demarca su territorio. Además, los pueblos de Arhuaco se consideran a sí mismos como los "hermanos mayores" y tienen la responsabilidad especial de mantener el mundo en equilibrio.

"Para nosotros, los Arhuaco, nuestro territorio es la base de nuestro conocimiento y constituye el entorno en el que nuestra cultura puede desarrollarse", dice el dirigente Arhuaco Rubiel Zalabata.

Hoy en día, más de 50.000 pueblos indígenas viven en 52 asentamientos y han formado su propio gobierno y han sido reconocidos como reserva indígena en 1974 y como área protegida en 1984. Esto se debió en parte al fuerte proceso organizativo iniciado por el pueblo Ahuarco, basado en las demandas étnicas y el reconocimiento del Estado.

Sin embargo, el área protegida solo cubre la mitad de su territorio inicial estimado en aproximadamente 600.000 hectáreas (casi el tamaño de Puerto Rico). Los pueblos Arhuaco han tratado desde entonces controlar su territorio reconocido y comenzaron el proceso de reclamación de todo el territorio, pero nuevos obstáculos han aparecido en el camino.

La Sierra Nevada de Santa Marta es rica en minerales preciosos, y las industrias extractivas han presionado durante varias décadas para obtener licencias para operar en el área. Algunas ya han tenido éxito y, actualmente, ya se han otorgado 261 concesiones mineras y 244 concesiones están pendientes de la decisión final del gobierno. Sin embargo, los Arhuaco no han sido incluidos en estas decisiones. En 2017, se produjo una protesta masiva contra los proyectos mineros y su impacto destructivo en sus territorios.

"La Sierra posee una riqueza mineral que se remonta a la creación del mundo, y estos tesoros naturales, (...) ahora son una amenaza para nosotros porque se están otorgando permisos ambientales para la explotación de minerales e hidrocarburos", explica Leonor Zalabata, Comisionada de Derechos Humanos del Pueblo Arhuaco.

Además, los efectos del cambio climático global ya están afectando sus vidas en las grandes alturas, donde los patrones de viento y lluvia han cambiado, afectando su cosecha de cultivos a pequeña escala que son su principal fuente de ingresos.

El pueblo Arhuaco quiere un desarrollo que garantice la vida. Sin embargo, a menudo no se entienden las protestas de los Arhuaco al afirmarse que están en contra de todas las formas de desarrollo.

“Nuestros pueblos han declarado que no estamos de ninguna manera en contra de una visión de desarrollo, en contra de una visión de bienestar (…) Hemos dicho que debemos alcanzar acuerdos de coexistencia, en los cuales podamos discutir nuestra supervivencia como pueblos. Para que los indígenas y los no indígenas puedan sobrevivir en el futuro”, explica Arukin Torres del pueblo Arhuaco.

Según el pueblo Arhuaco, la clave para que todos los humanos sobrevivan significa un desarrollo que garantice el derecho a la vida: “Para nosotros, el desarrollo es aquello que garantiza la vida. No solo ahora, sino en el futuro. Pero de la forma en que las cosas se van agotando, no habrá vida. Sin aire ni agua, la vida no es posible”, cierra Arukin Torres.

Por IWGIA
FOTOS: de IWGIA

Fuente: https://www.iwgia.org/es/noticias/3288-la-ultima-batalla-de-los-arhuaco Fecha: 16/11/2018

VIDEO: Voces de las montañas sagradas