Los trabajos en la Comunidad Indígena Punta Querandí no finalizan. La semana pasada se llevó a cabo una intensa jornada distribuida en varias tareas: tejer el techo de paja brava de la Maloka -vivienda colectiva-, preparar la huerta para el verano, reordenar el vivero, reconstruir la base del tanque de agua, cortar el pasto y desmalezar uno de los senderos, entre otras actividades que continuarán durante enero.

En más de una década de vida comunitaria, nuestra identidad se fue expresando en el territorio. La parte espiritual se desarrolla a través de la Apacheta (sitio ceremonial andino) y el Opy (templo guaraní de barro y paja). Las necesidades de una educación descolonizadora son abordadas por el Museo Autónomo de Gestión Indígena y la Biblioteca de Pueblos Originarios. Por su parte, con la Maloka (vivienda colectiva) estamos recuperando una arquitectura ancestral. La huerta, el vivero, el gallinero y el horno de barro tienen que ver con la búsqueda de soberanía alimentaria; a lo que hay que sumarle los espacios de uso diario como el Salón Comunitario Cacique Manuá, la cocina, el quincho, los baños y el tanque de agua potable.

Durante enero otro de los objetivos será avanzar en la construcción de un Taller, que centralizará los trabajos en diversos oficios como la cestería, la alfarería, la carpintería y otras prácticas tradicionales. Un espacio necesario para ejercer nuestro derecho al “desarrollo económico, social y cultural” (Declaración de la ONU sobre Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas).

Por Comunidad Indígena Punta Querandí
Fuente: https://puntaquerandi.com/2018/12/28/las-tareas-no-se-detienen/
Fecha: 3/01/2019