La Comunidad Indígena Punta Querandí logró uno de sus objetivos históricos: el regreso de los antepasados a los sitios sagrados de La Bellaca, en el límite de Dique Luján y Benavídez.

Un acto de justicia, de reparación y un hecho histórico, así se vivió la jornada que comenzó a las 11 de la mañana del domingo 12 de diciembre con un cortejo de vehículos que partió desde el Paraje Punta Canal en las inmediaciones de Punta Querandí, se dirigió por el ex camino ferroviario conocido como la «Vía Muerta» y atravesó los pueblos de Dique Luján y Villa La Ñata, en el norte de Tigre.

Siempre encabezada por una camioneta que trasladaba los cuerpos de los antepasados, el último tramo de la peregrinación se hizo marchando desde la entrada del A.C.A. hasta los dos sitios arqueológicos donde se realizaron las ceremonias de reentierro, que se llevaron a cabo con el acompañamiento de la lluvia.

Santiago Chara, del Consejo de Ancianos de Punta Querandí y autoridad de la Comunidad Qom Cacique Ramón Chara de Benavidez, expresó: «El reentierro en La Bellaca fue muy emocionante, estoy muy feliz de que vuelvan otra vez a la tierra los ancestros y ancestras que nunca deberían haber salido de ese lugar».

Los cuerpos de cinco adultos y un menor con 680 años de antigüedad fueron reenterrados en «La Bellaca 2», cerca de la ruta. Desde allí, las mujeres encabezaron la movilización hasta «La Bellaca 1», a 700 metros de distancia y al lado de la entrada principal del barrio privado Santa Ana, donde fueron devueltos a tierra los restos humanos de una mujer fallecida hace mil años.

«Se confundían las lágrimas con la lluvia. Fue un día de justicia. Nuestras ancestras todavía se siguen comunicando con nosotras, en sueños, en hechos de la naturaleza, ese día llovió y después salió el sol», subrayó Cintia López, cacica de la Comunidad Qompí de Garín. «Fue muy fuerte esa comunión de mujeres de fuego llevando a esta gran guerrera que su espíritu luchó para ser libre y volver nuevamente a su territorio», manifestó.

Estos dos espacios ancestrales, al igual que «La Bellaca 3», se encuentran dentro de un corredor público ubicado entre el Arroyo Claro y el emprendimiento inmobiliario, que acordó con el Municipio readecuar una parte de su proyecto para dejar fuera de sus dominios dichos sitios, los cuales en 2015 ya habían sido delimitados con alambrados.

«Estoy muy agradecido por el acompañamiento de muchos hermanos y hermanas y desde la naturaleza misma. Gracias al gran espíritu por estar siempre con nosotros», manifestó el referente qom Santiago Chara.

Más de medio centenar de personas participaron del acontecimiento y al finalizar los reentierros compartieron sus sentimientos en una emotiva ronda, entre integrantes de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar, comunidades de otros distritos, familias de barrios populares linderos, ambientalistas y movimientos sociales y políticos cercanos a los reclamos.

Reinaldo Roa, del Consejo de Ancianos y miembro del Pueblo Guaraní, manifestó: «Nuestra misión es reconstruir lo destruido» y agregó: «Los ancestros están volviendo para ser los guardianes del territorio para que no sigan destruyendo todo».

Desde fines de los ’90, el avance de los barrios privados sobre miles de hectáreas de humedales continentales arrasó enterratorios indígenas en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes, entre otros pueblos.

PRIMER ANTECEDENTE EN EL CONURBANO

En marzo de 2021, diez años después del primer reclamo formal, los restos mortales de 8 antepasados fueron restituidos a Punta Querandí luego de permanecer varias décadas en el Instituto Nacional de Antropología (INAPL), en el barrio porteño de Belgrano. El paso clave fue en 2019 cuando el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), a instancias de su Programa de Identificación y Restitución de Restos Humanos, aprobó las restituciones solicitadas.

En julio pasado, el primero de los cuerpos fue reenterrado en la Comunidad Indígena Punta Querandí, que pocos meses antes había logrado el reconocimiento de sus derechos territoriales a través de un Convenio de Propiedad Comunitaria firmado con el intendente Julio Zamora.

En el conurbano bonaerense estos son los primeros casos de aplicación de la Ley 25.517, que reconoce a los pueblos indígenas el derecho a recuperar «los restos mortales de aborígenes que formen parte de Museos y/o colecciones publicadas o privadas».

TERRITORIO CLAVE DE MEMORIA Y REAFIRMACIÓN

En mapas de comienzos de 1800, la “Cañada Bellaca” aparece señalizada junto a “bañados y pajonales intransitables” siendo una de las toponimias más antiguas en la zona y correspondiendo a una superficie mucho mayor. Los lugareños sabían que en su interior habitaban numerosos «cementerios indios».

La lucha para evitar la desaparición de un remanente de 60 hectáreas de La Bellaca despertó muchas movilizaciones, protestas y petitorios durante la última década, donde confluían indígenas y sectores vecinales. El pico de los reclamos fue en 2019, con catorce cortes de ruta que no lograron frenar el emprendimiento Santa Ana pero dejaron como saldo la Ordenanza 3709/2019 que declaró Área de Preservación Ambiental cientos de hectáreas de Dique, La Ñata y un sector de Benavídez.

«No se pudo evitar la construcción del barrio privado”, se lamentaron desde Punta Querandí y apuntaron contra los arqueólogos a cargo del estudio de impacto: “Avalaron la destrucción de otros dos sitios (La Bellaca 4 y 5) cuyo descubrimiento nos fue deliberadamente ocultado para entorpecer nuestro pedido de preservación”.

A pesar de lo reducido del territorio sobreviviente, la existencia de un corredor público y haber concretado el retorno de los ancestros pese a la oposición del grupo de arqueólogos que los tenían como objetos de estudio, representa un gran acto de justicia que genera satisfacción, alegría y fuerza para continuar con nuevas metas. «Esto es un comienzo, esperamos recuperar todos los demás cuerpos que faltan”, advirtió Chara.

El próximo paso es la restitución de 42 ancestros provenientes del sitio Arroyo Sarandí, territorio sagrado destruido por Nordelta a fines de los ’90. Esta solicitud, al igual que las ya concretadas, fueron declaradas de interés legislativo por el Concejo Deliberante de Tigre y la Cámara de Diputados de la Provincia durante el 2020. «Estamos logrando objetivos que parecían utopías hace pocos años», expresaron desde la comunidad.

La experta en humedales Patricia Pintos, quien viajó desde La Plata para presenciar los reentierros, sentenció: «Estos sitios son la memoria viva de estos pueblos y un recordatorio permanente del despojo». En un sentido similar, Mónica Santos del Consejo de Mujeres de Punta Querandí agregó: «Esto visibiliza que debajo de los countries está toda una historia de los pueblos originarios».

Con el retorno de los siete antepasados, el corredor de La Bellaca, en el límite entre los sitios ancestrales, los humedales y los barrios privados, se fortalece como espacio de memoria y reafirmación de la preexistencia indígena en Buenos Aires.

ACOMPAÑAMIENTO INSTITUCIONAL

El Consejo Provincial de Asuntos Indígenas y la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural acompañaron la apertura de los pozos el día anterior, mientras que el Municipio de Tigre colaboró con cuestiones logísticas y estuvieron presentes desde la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Dirección General de Ambiente y el Plan de Manejo del Delta. A nivel nacional, la Defensoría del Pueblo participó de las ceremonias y el Área de Restituciones y Sitios Sagrados del INAI brindó su asesoramiento.

Por Comunidad Indígena Punta Querandí
Cobertura fotográfica: Leo Crovetto y Omar Bogado
Fuente: https://puntaquerandi.com/2021/12/18/siete-ancestros-fueron-reenterrados-en-villa-la-nata-luego-de-una-decada-de-lucha/
Fecha: 20/12/2021