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Tropas del Cuerpo de Ingenieros ocuparon Oceti Sakowin, uno de los asentamientos de Standing Rock ¿qué implicancias tiene este operativo? ¿Podrán los lakota sostener libre a su lugar sagrado?

Ante esta nueva situación en la emblemática Reserva defendida por los sioux, la respuesta es compleja. En primer lugar cabe señalar que cada primavera esta zona se inunda por el deshielo de las nieves circundantes y termina volcando estas aguas en el rio Misuri. Luego de una ocupación de miles de personas durante 10 meses, la acumulación de toneladas de residuos alertó sobre la posibilidad de contaminación de las aguas, por lo que el gobernador de Dakota anunció el comienzo de las obras de limpieza en forma terminante.

De poco sirvieron los esfuerzos de las autoridades de Standing Rock por realizar la limpieza por cuenta propia para evitar la intervención militar, ya que no solo no dispusieron del tiempo necesario, sino que la evacuación se vio dificultada por el grupo liderado por Chase Iron Eyes, candidato a jefe de la Reservación en las próximas elecciones, quien se negó a trasladarse y con una resistencia que produjo la detención de 40 personas. El tema es que, luego de la limpieza, las tropas controlarán el lugar para “devolverle las condiciones previas al acampe”. ¿ Hasta cuándo ? ¿ En qué términos ?

En segundo lugar, la ocupación militar fue el resultado de la improvisada, o tal vez no, estrategia de confusiones - con declaraciones y desmentidas, toma de drásticas decisiones y excusas infantiles, pero nunca con correcciones- con las que el gobierno de Donald Trump busca la terminación del oleoducto Dakota Access Pipeline (DAPL) mediante el uso del territorio de la Reservación de Standing Rock, a través de la figura legal que en Argentina se denomina “ servidumbre de paso ” (easement, en inglés) o tránsito consentido, en superficie o bajo tierra. En este caso se trataría del soterramiento del oleoducto para su cruce por debajo del lago Oahe y el rio Misuri. El caso es que en su planificación, ni los propietarios de la empresa ni el Cuerpo de Ingenieros del Ejército a cargo de la construcción, consideraron la necesidad de consultar a los habitantes de la Reserva, que les fuera otorgada por el Primer Tratado de Fort Laramie en 1851 y luego confirmada por el Segundo Tratado en 1868. Y mucho menos realizar consultas sobre el impacto ambiental del oleoducto –que transporta un tipo de petróleo particularmente contaminante y sufre frecuentes derrames- sobre tierras y aguas de la región.

La ocupación y degradación ambiental de un lugar sagrado

Fue por esta causa que se modificó el primer trazado del DAPL, alejándolo de Bismarck, la capital del estado de Dakota del Sur y orientándolo hacia Standing Rock. El gobierno de Barack Obama suspendió temporalmente las obras a fin de estudiar trazados alternativos, ya que, además, para los indígenas la existencia misma y cuidado del agua se hallan estrechamente ligados en términos espirituales.

El agua es la sangre de la Madre Tierra y corre por sus venas, algo incomprensible para los técnicos que, ante la ausencia de enterratorios o monumentos, negaron la existencia de lugares sagrados en el trazado del oleoducto ignorando la sacralidad de los sitios con presencia de agua.

“Llenar el DAPL con petróleo volverá las aguas del lago Oahe ritualmente impuras”… ”nuestra agua es nuestra vida. Es vida, y cualquier daño que se le haga nos destruirá completamente”- sostuvo la abogada de la Tribu Sioux de Cheyenne River, Nicole Ducheneaux, frente al juez Boasberg el pasado 13 de febrero. Cosa probablemente incomprensible para el magistrado, quien, sin embargo debe haber entendido claramente la advertencia de la letrada acerca de que “la sola concesión del “easement” es la amenaza de un daño constitucional, y un daño constitucional es suficiente para establecer un daño irreparable”.

Esto conduce directamente al tercer aspecto, el legal, que hace al meollo de la cuestión, es decir la constitucionalidad de las acciones ordenadas por Trump. En un artículo del 7 de febrero, Peter d´Errico cita el trabajo de J. Ostler y N. Estes donde se puntualiza que, en base a los correspondientes mapas, el DAPL cruza por tierras reconocidas como territorio sioux desde el Tratado de 1851. Además, y esto es fundamental para comprender la situación, se señala que según la Constitución de los Estados Unidos, los Tratados son “la Suprema ley de la tierra” y en razón de ello toda corte, toda agencia y todo funcionario federal debe remitirse a la Constitución Federal.

“Irónicamente –añade d´Errico- y dada la historia de violaciones de los derechos indígenas por parte de los Estados Unidos, si el presidente quiere usar el DAPL para dar un golpe a la Constitución, Standing Rock estará en el primer plano en el salvataje de la democracia norteamericana, como un subproducto de la defensa del agua!!!”

No podrán apagar el fuego de Standing Rock

Por último, y en cuarto lugar, es necesario señalar la falta de respeto con que la administración Trump ha tratado el tema. La reactivación inconsulta de los oleoductos, la infantil excusa de ignorancia sobre la importancia del tema y el reproche porque nadie le habló por teléfono para quejarse quedarán como hitos delirantes de la improvisación e irresponsabilidad con que se maneja el nuevo presidente de los Estados Unidos.

Pero cabe aún mencionar dos hechos calificables, por lo menos, de destrato hacia la gente de Standing Rock. El 9 de febrero, mientras David Archambault II, presidente de la Reserva se hallaba viajando a Washington para entrevistarse con las autoridades federales y entregar una carta al presidente avalada por 360 naciones indígenas, se entera en pleno vuelo que el gobierno había autorizado por cuenta propia la construcción del “easement” y autorizado al Cuerpo de Ingenieros del Ejército a continuar con las obras en territorio de la Reserva. Desairado, Archambault manifestó su indignación a la prensa e inmediatamente emprendió el regreso, consciente del lastimoso papel que se asignaba a los indígenas en la toma de decisiones.

Más tarde, el 23 de febrero, el Secretario de Prensa de la presidencia, Sean Spicer, comunica a un periodista que la administración Trump ha estado en contacto permanente “con todas las partes” involucradas en el caso al preguntársele por qué Trump no intervenía y trataba de iniciar las negociaciones entre Standing Rock y Energy Transfer Partners.
La respuesta fue que “nuestro equipo ha estado en contacto con las partes involucradas. Se ha estado trabajando y nos hemos comunicado ampliamente. Aún tenemos que actualizarnos, pero hemos trabajado a nivel de equipos entre las partes”.
“Absolutamente falso”, respondió inmediatamente Archambault, agregando que “repetidamente hemos solicitado un encuentro con Trump sin obtener respuesta” y reiterando que, debido a ello, se han iniciado acciones legales por “la inmoral e ilegal” aprobación del “easement” y la suspensión del estudio de impacto ambiental.

Desde el comienzo del conflicto, la vía judicial ha sido la opción elegida por Archambault, quien confía en un diálogo franco con los miembros del Congreso y fundamentalmente en el estado público que ha tomado la situación.

“La aprobación del “easement” en estas condiciones no es el fin sino el comienzo de una nueva lucha”, explica Tom Goldtooth, director ejecutivo de la Indigenous Environmental Netwok (IEN), quien tiene bien claro que el conflicto ha trascendido las fronteras de los territorios indígenas despertando el interés internacional sobe un recurso tan necesario como escaso, el agua para la vida.

Por lo pronto, siguiendo el ejemplo de los bancos propiedad de indígenas, que han iniciado una campaña para captar los depósitos que los “protectores del agua” pudieran haber realizado en las entidades que sostienen económicamente la construcción del oleoducto, hay indicios de que algunos bancos europeos empezarían a alejar a los inversores relacionados con el DAPL.

Así, el conflicto continúa con esperanzas y con una fuerte convicción como la de Goldtooth cuando afirma que “No se podrá apagar el fuego que Standing Rock ha encendido en cada uno de nosotros” sin saber, tal vez, del haka que los maoríes de Roturua subieron a YouTube con la dedicatoria “en apoyo a nuestros hermanos y hermanas indígenas de Standing Rock” con una intención empapada de energía.

Por María Ester Nostro
Fuentes:
Indian Country Media Network
Facebook, Indigenous Enviromental Network
Facebook Lakota People´s Law Project

Glosario:
Haka: canción guerrera tradicional popularizada por el equipo de rugby All Blacks de Nueva Zelanda.

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