Nuestra corresponsal compartió con los yaquis de Sonora la intensa actualidad de este pueblo, teñida por la defensa de sus tierras y por una cosmovisión que es el eje de su identidad

Caminando por el desierto

En la llegada a México, fuimos al desierto de Sonora, a visitar a la tribus yaquis. Estas comunidades habitan en el noroeste de México, en el Estado de Sonora. Se distribuyen en 8 cabeceras, Belem, Hurivis, Potam, Vicam, Bacum, Cocorit (actualmente Loma de Guamuchil ), Rahum y Torim, situadas a lo largo del río Yaqui. Sus integrantes superan los 32,000 individuos, estimándose que en Arizona (Estados Unidos) habitan otros 8,000 reconocidos por el gobierno estadounidense. Esta es la región más calurosa de México, rodeada de cactus choias y montañas.

Estas comunidades sufren hoy el desmonte de sus territorios y para informamos hablamos con ellos, quienes nos cuentan que “actualmente estamos resistiendo contra un Gasoducto, otro despojo, a través de un megaproyecto llevada a cabo por la empresa trasnacional Central Energi, con sede en la ciudad de San Diego California”.

Al día de la fecha, “el Juzgado Séptimo de Distrito ordenó parar las obras del gasoducto por territorio de Loma de Bácum, ante los cual la empresa IEnova demanda ahora la restitución del dinero entregado a algunas autoridades yaquis, acusados de incumplimiento de contrato” afirma González Enríquez Lomas de Bacum.

Durante nuestra estadía y en el dia en que se desarrollaba una asamblea conocimos a Guadalupe Flores de la Nación Yoeme, yaqui. Con Guadalupe hablamos de varios temas que a continuación les compartiré: la espiritualidad, la lucha, la tierra, la vida hoy en la tribu.

El venado Sagrado de los yaqui

-¿Porque el venado es Sagrado?
-El venado es sagrado para la tribu yaqui: primero nos provee identidad, nos da una información importante de cómo debemos actuar, como hace el venado, de manera sigilosa, tranquila. El venado nos provee de su carne, nos da su alimento espiritual. El venado nos provee de vestido de su piel y por eso es que en nuestra cultura es muy venerado.

Es para nosotros un ser humano del monte que tiene alma igual que nosotros y que siente igual que nosotros, y también se sacrifica para que nosotros vivamos y nos fortalezcamos. Es un animal que nos ha dado nuestra propia identidad y nosotros lo honramos con la danza del venado, la cual se practica en situaciones festivas, como las situaciones de luto, de pena. Pero cuando baila el venado no es la despedida, se le está dando la bienvenida al otro mundo a un nuevo cambio, la trasformación, ahí ocurre la trasmutación a la otra dimensión.

¿Cómo es una ceremonia yaqui cuando uno muere?
En nuestra tribu, la ceremonia va a depender de si estás casado o no, si es un niño o un adulto, si tuvo un cargo eclesiástico o tuvo un cargo acá en nuestra guardia, o si tuvo un puesto dentro de los poderes que hay en la tribu yaqui, como el de Matachin o del Venado. La ceremonia más sencilla es la de los niños porque se le vela una noche porque están limpios del pecado, se le vela, se le reza y no se le baila la danza. El más complejo es cuando muere un gobernador o una persona que tuvo un cargo en la guardia, ahí se hace toda la ceremonia si fue fariseo bailan los chapaica y si fue gobernador bailan los matachines, esta es una danza más españolizada es la que se baila a la Virgen del Camino. Son puros hombres que bailan al son de los violines, guitarra y arpa; hay diferentes danzas del matachín de luto o festivas. Las de fiestas son más alegres y las de luto más lentas, su música es más ceremoniosa, esta danza se hace por un día, se le vela, se le baila, y se lo entierra en la mañana del siguiente día.

Esto lo hacemos así porque nosotros pensamos que en la mañana el sol está más fuerte, más fresco y es más fácil que trasmuten a la siguiente etapa de su vida donde lo ilumina el astro rey, ahí ellos se van con ellos con los astros y en la noche ponemos velas para que ilumine el camino hacia dónde va, acá quedó la creencia del Purgatorio el que se portó mal y ha violado las reglas, se va al Takale que es el infierno, es el lugar donde está el cerro de San Carlos, llamado Teta Kawi.

Nosotros creemos que ahí cerca del cerro es donde está el Aguahay, un dragón o una víbora grande que se come a las almas de los que se han portado mal. Cuando muere alguien malo, ahí ese lugar se pone gris en la zona del occidente.

Nosotros a la muerte no le tememos. Por ejemplo en la época de la revolución fuimos deportados a otros estados como Yucatán, Oaxaca, Campeche, se llevaron a los yaquis para vendernos como esclavos en la época de Porfirio Díaz eso fue por el 1900 al 1927 que fue la última deportación, muchos de ellos preferían morirse porque estaban seguro de que renacerían en la tierra yaqui en Sonora y todos tenemos la creencia que si nos vamos de aquí y no cumplimos con nuestra misión, para pasar al siguiente nivel, igual seguiremos creyendo que nuestros mayores nos protegen . Porque nos podemos comunicar a través de los sueños con ellos o a veces físicamente porque se nos presentan con mensajes.

-¿ Cual sería tu misión en esta vida según la cosmovisión de los yaquis ?
-Lo importante es saber para que te envió la Gran Consciencia, nosotros creemos en Dios, nuestro Dios puede ser cualquier cosa y también nosotros mismos, sabemos que Dios existe en todas partes somos parte de esa divinidad y tenemos que cumplir la misión que nos toca. Una vez que cumplimos con ese rol ya no tenemos más nada que hacer y tenemos que irnos no importa la edad, y si no lo logramos tendremos que repetirlo hasta lograrlo. Hay veces que la tecnología nos nubla los ojos y no vemos lo que queremos y nos confunden, nos nublan la vista con cosas que no son nuestras como el ego, interpuesto por la actuales culturas consumistas del sistema. Hoy todos quieren tener más y más a costillas de los demás y te enseñan a subir los egos del “yo tengo”, “yo soy”, “yo puedo”, “yo los manipulo”, “yo los mando” .

Una vez que superemos ese ego y nos demos cuenta que todos somos uno y que todos somos el Universo, ahí nos integraremos al Universo y viviremos en armonía con todos los seres. Nosotros creemos que somos parte del Universo porque en algún momento fuimos átomos, somos polvo de estrellas.

Tenemos que cumplir nuestra misión cuidar el Ania (mundo) todo el mar, la tierra, el monte. En nuestra creencia nosotros venimos de los surem que eran unos pequeños hombrecitos que vivían en el mar, ellos vaticinaban la llegada de los españoles, eso fue mucho antes que nuestro creador Waitowik fuese profeta de aquí. El profetizó al Àrbol Parlante, un árbol que le dijo a los surem que vendrían personas de otros lugares y los surem se escondieron y otros se convirtieron en hormiguitas.

-Castaneda escribe sobre un curandero llamado Juan Matus, de la tribu yaqui, ¿esto es así?
-Acá no existió Juan Matus, los Matus son de Torin y Castaneda lo ubica en Bicam y acá nosotros los de Bican no lo conocimos, creo que es una leyenda contada por él, la escribió el, la armó y ahí la dejo.

-Y en esa época ¿se conoció a esa persona?
Yo estuve acá en los años ´50 y no lo conocí, en Torim hay apellido Sunsuas, Salvatierra, hay otros apellidos, pero Matus no.

-¿Que piensan de la espiritualidad?
-Nosotros creemos que somos lo que comemos, lo que pensamos, somos lo que creemos, esa es nuestra espiritualidad, comemos venado somos como el venado sigiloso.

El espíritu va más allá, el cuerpo se queda acá, el cuerpo es el vehículo que nos ayuda a transitar por este mundo, y hacemos lo que nos tocó en este mundo. Y en el otro mundo caminaremos de otra manera porque hay muchos mundos, es todo extenso. Es tan extenso, pero también puede caber en una cantutita, nos da la impresión de la inmensidad que hay y lo pequeñísimos que somos nosotros, pero por ser pequeños no quiere decir que no seamos grandes. Así como una pequeña bacteria puede mejorar el mundo o destruirlo, así también nosotros podemos hacerle eso al Universo a pesar de nuestra pequeñez eso dependerá e nosotros como cuidemos el monte.

-El hombre enferma la tierra…
Para nosotros el mismo hombre enferma la tierra, pero ella es sabia, ella, la naturaleza se cuida, y se cura sola, es necesario curarla nosotros y que no la enfermemos porque se enojara y nos eliminará como humanos que somos con sus mismas armas que tiene, así como matamos las bacterias así ella nos puede eliminar. Ella si quiere nos quita el oxígeno y ya no estaremos más.

Somos un Universo y parte del Universo, todos somos energía y la materia se cambia en energía y así, estamos caminando en este Universo. En nuestra escritura yaqui no existe el tiempo no hay tiempo, no hay escritura, y para que haya tiempo tiene que haber un antes y un después.

Vivimos en una eternidad, difícilmente la alcanzamos a comprender por los conceptos que manejamos aquí esos conceptos que nos han inculcado desde que nacemos hasta que morimos, conceptos del sistema. Entonces es difícil comprender la eternidad, porque escapa a nuestra concepción que se nos han integrado a nuestro cerebro, pero si cerramos los ojos y buscamos hasta lo más recóndito ahí está el mensaje interno y si logramos descubrirlo nos sorprenderíamos de los poderes que tenemos nosotros mismos. Solo hay que ponernos en acción enfocarnos y hacer todo de manera positiva para el bienestar común de todos.

No se olviden de creer en uno mismo, hay que liberar el ego y trabajar como yaqui que somos, hijos de la tierra, guardianes del monte y del venado.

Por Amalia N. Vargas, Pukio Sonkoy
Fecha: 8/6/2017