Mimi Sosa, integrante del Seleccionado de Voleibol de la Argentina y que próximamente competirá en los Juegos Olimpicos, tiene una fuerte vinculación con el mundo indígena, una historia digna de valorar y difundir

Hace pocos días nos llegó una noticia acerca de Emilce “Mimi” Sosa, integrante del Seleccionado de Voleibol argentino, de ascendencia indígena quechua y quien se crió en la comunidad wichi de Lote 1 en la provincia de Formosa. Su madre era allí maestra y por iniciativa de la niña -que la veía muy poco- toda la familia se mudó allá.

Mimí recordaba en esa nota de Javi Quintela (http://www.elcomercial.com.ar) que “cuando iba a la Primaria, mientras mi papá prendía el fuego para poner agua para el mate, mi mamá se ponía el guardapolvo y nos despertaba a todos. Tras desayunar, mi papá se iba a su escuela (en Tres Palmas) y mis hermanos y yo a la escuela de mi mamá. Por lo general comíamos ahí y después salíamos a jugar en el monte. Cuando mis papás terminaban su horario en la escuela, se iban a trabajar en la comunidad con otros padres haciendo talleres de costura, panadería, carpintería, entre otras cosas. A la noche cenábamos y como no había luz eléctrica mi papá tocaba la guitarra en la oscuridad y nosotros nos poníamos en ronda para escucharlos cantar a él y a mi mamá”.

Rememora una infancia feliz, creciendo y educándose junto a los niños wichí de la comunidad, con su madre como maestra. Su tatuaje en uno de sus brazos: “Otetsel ta n’am talakis”, que en lengua originaria quiere decir “Mis raíces. Mi historia”, no hace más que ratificar aquellos sentimientos.

La historia de vida de Mimi nos pareció más que interesante para publicar, ocupado ElOrejiverde en difundir los valores de los pueblos originarios. Rápidamente nos pusimos en contacto con la Federación del Voleibol Argentino y con su Jefe de Prensa Martin de Rose quien muy gentilmente nos facilitó el contacto con la jugadora -se encuentra actualmente en Brasil- la que muy amablemente también accedió rápidamente para la entrevista. Queremos resaltar y agradecer la excelente disposición de ambos para hacer que todo fluyera y tener hoy este diálogo con las palabras claras de esta mujer tan destacada del deporte de nuestro país y que se define a si misma como “sangre mestiza”.

¿Cómo es tu ascendencia quechua? ¿Por el lado de padre, de madre, abuelos?

Mi abuelo paterno era descendiente de indígenas quechua, de la zona de las pirquitas Catamarca. Soy sangre mestiza.

¿Te definís de alguna manera respecto a tu ascendencia o no?

Me considero descendiente de pueblos originarios, pero no me defino como indígena, solo sé que son mis raíces.

¿Fuiste discriminada por esto en algún momento de tu vida?

Nunca me sentí discriminada directamente pero sí sentí muchas veces el dolor de ver a mis hermanos de la comunidad en la que me crié, ser discriminados por ser indígenas, por el color de piel, y por muchas cosas que el no indígena no entiende de su cultura.

Decís que de niña le pediste a tu mamá que era maestra en una comunidad wichi quedarte a vivir allí ¿Que te llevó a esa decisión?

Yo tenía 8 años cuando conocí la comunidad de Lote 1, creo que el amor a la naturaleza que en mi familia era tan importante fue lo que me impulsó a quedarme, vivir en lo simple, respirar aire puro y lo más importante era que mi mama estaba conmigo.

El tatuaje de tu brazo es muy contundente, nos gustaría nos hables un poco de el

"Mis raíces, Mi historia" es un tatuaje muy importante para mi, en primer lugar, viajando por el mundo me di cuenta que mucha gente desconoce que en Argentina habitan pueblos indígenas actualmente. Por eso me hice el tatuaje, para buscar una forma de hacer visible al pueblo wichi, ya que ese pueblo dejo una huella profunda en mi personalidad. Las adversidades a mí me ponen de pie, creo profundamente que lo que deseamos lo podemos lograr, eso lo aprendí de ahí.

¿Tenés vinculación actualmente con ellos?

Al volver muy poco a Formosa mi línea de contacto con ellos son mis padres y hermanos, que me hacen llegar fotos, saludos, historias etc. Hay muchos compañeros de la escuela que hoy estudian en la Universidad luchando por ser profesionales y servir así a su comunidad. A ellos los veo más seguido porque viven en Formosa capital. A veces compartimos asados en casa, charlas y lo más lindo la música. Por las redes sociales también nos comunicamos.

Como es que resuena tu historia en tu carrera deportiva y con tus compañeras de la Selección ¿lo ven como un valor?

Yo soy una misma persona siempre, en la cancha y en la vida de todos los días. Creo que como persona todos tenemos valores, mis compañeras y yo nos relacionamos a través de esos valores, la responsabilidad, el respeto fundamentalmente, cada una ayuda a crecer a la otra, y así, la vida de equipo es un gran valor que va contra la individualidad que muchas veces nos propone esta sociedad.

¿Que aprendiste de los hermanos indígenas?

Como dije antes aprendí muchas cosas, la primera parte de mi formación como persona fue ahí. Destaco la espiritualidad, que no significa algo religioso sino trascender, ver en lo profundo de las cosas, de las personas, de las situaciones, el amor y el respeto por la naturaleza, por la tierra y la Pachamama.

Lo que sientas o tengas ganas de decir como palabras finales

A lo largo de mi carrera aprendí muchas cosas, toda mi vida fue un constante aprender y lo sigue siendo, no sólo en los entrenamientos sino cómo hacer que mi vida con los demás sea un camino donde yo pueda dejar huellas, que mi vida contribuya de alguna manera con todos. Mi familia es el centro de mi vida, siempre me acompaña en cada cosa que hago por eso sigo adelante.

Fuente: ElOrejiverde
Fecha: 18/7/2016

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