La líder del pueblo Arhuaco, Leonor Zalabata, será la primera mujer indígena en ocupar el cargo de Embajadora ante las Naciones Unidas. Anteriormente ha sido Comisionada de Derechos Humanos de la Confederación Indígena Tayrona y representante de la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas de Colombia.

Ha recibido varios premios internacionales, entre ellos el Premio de Derechos Humanos “Anna Lindh” (2007) y el Premio “Antonio Nariño” de las embajadas de Francia y Alemania (2019).

Debates Indígenas: ¿Qué significa para Colombia su reciente nombramiento como Embajador ante las Naciones Unidas?

Leonor Zalabata Torres: Sin duda será una gran experiencia, pero no sé si realmente representará algún cambio significativo. Los intereses comunitarios, los intereses colectivos y la búsqueda de una solución pacífica a nuestros problemas han sido siempre la base de la identidad política de los Pueblos Indígenas, y no creo que esa identidad se pierda con este paso que me ha sido encomendado. Lo entiendo como una cita destinada a contrarrestar la exclusión social y la discriminación racial. Es una oportunidad que aprovecho con la esperanza de hacerlo bien. Este país necesita que todos participemos y trabajemos para que la comunidad internacional acoja nuestras propuestas nacionales.

ID: ¿Cómo ve su papel como representante del Estado colombiano ante las Naciones Unidas dada su doble condición de indígena y ciudadano colombiano?

LZT: No voy a ser embajador de los Pueblos Indígenas solo. La Misión Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas es una brillante oportunidad para que todos los colombianos mostremos al mundo lo que realmente somos: un país multicultural con una fuerte identidad. Somos 115 Pueblos Indígenas más los Pueblos Afro y Raizal de San Andrés y Providencia; un país en el que hablamos 68 idiomas diferentes. Confío en que la intención del presidente Gustavo Petro es impulsar una Colombia que aporte a la humanidad. Tenemos que representar a todos sin distinción: Pueblos Indígenas, Afrocolombianos, los que vivimos en las montañas, en los bosques, en los llanos y en las ciudades. Debemos buscar una vida mejor, una vida de paz. Nuestra representación en las Naciones Unidas debe actuar en el mejor interés de todos.

ID: Algunas personas han criticado su nombramiento, incluso condenando su incapacidad para hablar inglés. ¿Qué piensas de esto?

LZT: ¡Simplemente preguntaría cuántas de estas personas hablan alguna de las lenguas indígenas de nuestro país! Es cierto, no hablo inglés, pero no veo por qué esto es un problema porque el español es uno de los idiomas oficiales de las Naciones Unidas. Estos comentarios simplemente demuestran su ignorancia de cómo funciona el mundo. Pero hay más que esto, creo. Que nos investiguen y verán, por ejemplo, que no hemos estado involucrados en la historia de corrupción de este país. No hemos participado en la exclusión de otros de nuestro sistema político. Para ser inclusivo se necesita tener una capacidad y honestidad que provenga de la experiencia de nuestros pueblos.

ID: ¿Qué espera hacer, en Naciones Unidas, para frenar los asesinatos de líderes sociales y que se retome el trabajo para cumplir con los Acuerdos de Paz?

LZT: El gobierno de Gustavo Petro ha planteado una serie de acciones que vamos a realizar. Colombia necesita acabar de una vez por todas con el conflicto armado y construir la paz. Ese es el propósito de los acuerdos de La Habana y debemos trabajar para ello. Sin embargo, no podemos olvidar el referéndum de 2016, cuando muchas personas dijeron no a la paz, y esta negativa actuó como una barrera para la implementación de los Acuerdos. Todavía tenemos que enfrentar esta resistencia. La comunidad internacional ha jugado un papel importante en el apoyo al proceso de paz colombiano y los movimientos sociales también han hecho un gran esfuerzo, pero la presidencia de Iván Duque no tuvo ni la capacidad ni las ganas de implementar efectivamente estos acuerdos.

ID: El proceso claramente sufre de muchos obstáculos...

LZT: Por difícil que sea, debemos continuar con el proceso de paz. Y los Pueblos Indígenas podemos aportar al país a través de nuestra experiencia. A pesar de ser víctimas, deseamos encontrar la paz y las soluciones a través del diálogo. El presidente Petro ha hablado de justicia social. Los Acuerdos de Paz exigen que acabemos con la criminalidad y la impunidad. Estoy convencido de que en todo el país y en todas las clases sociales de Colombia hay un deseo de paz. Y sin embargo, las masacres y asesinatos de líderes sociales, incluso de los que han depuesto las armas, continúan hasta el día de hoy. Debemos trabajar para poner a Colombia en el punto de mira internacional y detener esta espiral de violencia que está destruyendo a la humanidad.

ID: ¿Qué prioridades tendrá el nuevo gobierno y qué organismos internacionales serán sus potenciales aliados para lograr estos objetivos?

LZT: El presidente Petro ha sido muy claro en los aspectos principales de su programa: paz, justicia social y justicia ambiental. Estos son elementos clave para el gobierno y quienes lo estamos apoyando debemos actuar de acuerdo con estas políticas. El llamado al diálogo nacional ya la participación social en su gobierno constituirá una base fundamental sobre la cual todos los colombianos, apoyados por los países amigos, puedan avanzar en este diálogo. Lucharemos por la justicia y la búsqueda de los desaparecidos a través de los Informes de la Verdad. Nunca más queremos ver repetido este período de nuestra historia. Es por ello que la participación en las Naciones Unidas, los organismos internacionales y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos es fundamental.

ID: Las encuestas indican un sentimiento de esperanza en el país. ¿Cuál es su mensaje para aquellos colombianos que han depositado su confianza en este proyecto?

LZT: Necesitamos crecer más fuertes. Y necesitamos estar todos en el mismo camino, nuestros ojos en el mismo futuro. Debemos unirnos una vez más y vivir en paz. Muchas de las violaciones de derechos humanos en Colombia están vinculadas a cuestiones ambientales. Proyectos de desarrollo como la minería han puesto en riesgo a muchas personas defensoras, matándolas u obligándolas a exiliarse. Pero Colombia puede cambiar. Esta visión del desarrollo sólo está resultando en conflicto y violencia. Tiene que cambiar, aunque, claramente, esto no depende solo de nuestro país. El mundo tiene que cambiar su visión del desarrollo. Necesitamos un diálogo de igual a igual entre los diferentes países. Necesitamos propuestas que nos permitan coordinar nuestras políticas nacionales con las internacionales porque un solo país no puede lograr la paz en forma aislada.

Por Alejandro Parellada *para Debates Indígenas
*Alejandro Parellada es asesor senior del Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA).
Fuente: https://www.iwgia.org/en/news
Fecha: 13/10/2022